Como padre o madre que navega por la crianza de los hijos, comprender los distintos estilos de crianza puede ser clave para que su hogar funcione mejor. Al reconocer estos estilos, podrá educar a su hijo y proporcionarle el apoyo adecuado a medida que crece. Los niños son únicos y responden de manera diferente a cada enfoque, por lo que aprender sobre estos estilos le permitirá adaptar su método a la personalidad y necesidades específicas de su hijo. Existen varios tipos de crianza bien establecidos, que varían en cuanto a la confianza, la libertad que otorgan a los niños, su enfoque disciplinario y el tipo de apoyo que ofrecen. Es importante recordar que muchos padres se sitúan entre dos o más estilos, y su mejor enfoque puede ser una combinación de varias estrategias. Conocer estos estilos le ayudará a tomar decisiones más informadas en la crianza de su hijo.
Veamos más de cerca los cuatro tipos de crianza más comunes, y los beneficios e inconvenientes de cada uno:
Crianza autoritaria
La crianza autoritaria es un estilo muy estricto y exigente, con grandes expectativas, pero poco afecto y apoyo. Los padres que utilizan este estilo exigen obediencia ciega a sus hijos, y establecen normas estrictas y consecuencias que hay que seguir. Los padres autoritarios a menudo no explican el motivo de sus normas, y los niños pueden sentir que no tienen mucho que decir al respecto.
Los beneficios de la crianza autoritaria incluyen normas y límites claros, y niños que tienden a portarse bien. Por contra, los niños educados en este estilo pueden sentirse menos seguros y menos conectados emocionalmente con sus padres, y pueden tener dificultades para tomar buenas decisiones por sí mismos.
Crianza permisiva
La crianza permisiva se describe a menudo como «demasiado blanda», ya que los padres están muy implicados en la educación de sus hijos y suelen establecer muy pocas normas o consecuencias. En cambio, los padres permisivos quieren que sus hijos les gusten y a menudo ceden a sus demandas, tratando de evitar todo lo que cause tensión o conflicto.
Uno de los beneficios de la crianza permisiva es que los niños suelen sentirse queridos y apoyados por sus padres, y se les permite mucha libertad. Sin embargo, la desventaja es que sin límites ni normas claras que seguir, los niños pueden tener dificultades para desarrollar una buena autodisciplina y puede resultarles difícil mantenerse en un tarea y tomar buenas decisiones a largo plazo.
Crianza desentendida
La crianza desentendida es probablemente uno de los tipos más perjudiciales, ya que implica una orientación y un apoyo muy limitados por parte de los padres. Los padres poco implicados pueden adoptar un enfoque ausente o negligente para cuidar a sus hijos, y pueden no estar implicados en las actividades diarias, la educación y otros aspectos importantes de la vida de sus hijos.
La crianza poco implicada puede tener efectos negativos graves en los niños, ya que a menudo se sienten desconectados y descuidados por sus padres. Los niños criados con este estilo de crianza pueden tener problemas con la autoestima y sentir que no tienen mucho valor. Sin ninguna orientación o apoyo, los niños también pueden tener dificultades para formar buenas relaciones con sus compañeros, y puede resultarles cada vez más difícil satisfacer las expectativas sociales o académicas.
Crianza autoritativa
La crianza autoritativa es uno de los tipos de crianza más sanos y eficaces, caracterizado por altos niveles de crianza y calidez, pero con expectativas claras y límites coherentes. Los padres autoritativos buscan apoyar y orientar a sus hijos, al tiempo que hacen hincapié en la importancia de normas y consecuencias claras.
Los niños educados con padres autoritativos suelen ser muy obedientes y tienden a desarrollar una buena autodisciplina y a tomar buenas decisiones. También es más probable que tengan niveles más altos de autoestima y establezcan relaciones sólidas con los demás. La desventaja es que este estilo puede suponer una gran carga de trabajo para los padres, ya que exige mantener conversaciones abiertas y honestas con los niños.
Conclusión
Como padre o madre, comprender los tipos de estilos parentales y sus ventajas e inconvenientes puede ayudarle a tomar decisiones más informadas sobre cómo criar mejor a su hijo. Aunque los cuatro estilos de crianza más comunes son el autoritario, el autoritativo, el permisivo y el desentendido, cada familia y cada niño son únicos, por lo que es importante adaptar su enfoque a la personalidad y las necesidades específicas de su hijo. Aprendiendo y comprendiendo estos distintos estilos, estará bien equipado para tomar las mejores decisiones para su hijo.